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DE LIANA EN LIANA AL COMPÁS DE LA NANA DE LA DESAPARICIÓN

Sebastián Moreno (Palma de Mallorca, 1985) combina las facetas de autor, actor y director de escena.

Explora lenguajes diversos, tanto para público adulto como infantil.

Desde 2015 es junto a Raquel Calonge y David Utilla, director y dramaturgo de la Cía. La Casquería, con quienes ha escrito y representado “Nadie come Tierra”, “Cartílagos en Technicolor”, “Bye-bye Shangri-la” (SURGE MADRID) y “Pinito, Sombras de un Trapecio” en torno a la figura de Pinito del Oro, estrenada en el Teatro Circo Price, y editada por Ediciones Antígona.

Un mirada sobre el texto DE LIANA EN LIANA AL COMPÁS DE LA NANA DE LA DESAPARICIÓN de Sebastián Moreno Sambruno.

 

Reseña de Diana de Paco Serrano.

 

En su primera intervención el orangután Muk  “mirando con templanza” a Galdikas se pregunta: “[¿Quién es esa esa mujer que viene todos los días? […] Es solitaria. Como nosotros. Es leeeenta. Como nosotros. Es frágil. Como nosotros. Se acostumbró a la lluvia, como nosotros. Hay selva para todos” (p. 42). Sí, probablemente Galdikas forma ya parte en su balanceo vital  de ese universo natural y animal en el que todo marcha a un ritmo lánguido, parsimonioso y suave, de liana en liana,  en una isla a la que va llegando poco a poco la destrucción natural de la mano del hombre.

 La protagonista observada y descrita por el orangután es la primatóloga canadiense Biruté Galdikas, activista consagrada a la extinción de los orangutanes en Borneo. Y estos, los orangutanes, representados en el profundo, reflexivo y melancólico Muk son los protagonistas de la emocionante pieza de Sebastián Moreno, La Nana de la desaparición, ganadora del IV  Premio Internacional Dramaturgia Invasora. El punto de partida de la  pieza, poesía dramática o drama poético, es precisamente la lucha de esta mujer que dedicó su vida, junto a Jane Goodall y Dian Fossey (Gorilas en la niebla) a la defensa de los primates que se ven amenazados por los cultivos intensivos para la extracción del aceite de palma, la minería, la deforestación o la caza furtiva.

La obra de Moreno se sustenta en las intervenciones de tres personajes, el Orangután Muk que, articula sus soliloquios y monólogos en poéticas preguntas y reflexiones que van y vienen como él, de liana en liana. Y lo hace con la maestría del que sabe saltar con elegancia y sin peligro, dibujando versos visuales que también bailan en el papel al son de su nana desesperada.

Las otras dos protagonistas son Biruté Galdikas, ya mayor y cansada pero inagotable en su búsqueda y la joven e inexperta ayudante Liuba a la que el miedo  abraza y le esconde las palabras que el autor tacha en las páginas del libro, advirtiendo que estos tachados indican “los pensamientos que no se atreven a verbalizar”.

La lectura de la obra deja una sensación suave y amarga, la desesperación no se muestra con estridencias ni hipérboles sino con la poesía, las repeticiones a modo de estribillos corales, la melancolía de las figuras retóricas como las sinestesias , las metáforas, las personificaciones... Rasgos estilísticos que tienen un profundo valor simbólico en la pieza.

La naturaleza habla, sufre, la tierra se destruye, y los olores y sensaciones se multiplican al caer la lluvia con  gotas continuadas grandes y pequeñas que humedecen el blanco papel quedando impregnadas sobre él: “gota, gota, gota...”. En Borneo llueve continuamente, sin tregua, llueve con olores a higos y tierra y con el dolor de árboles que sangran, llueve con nostalgia y con preguntas, muchas preguntas que Muk va dejando caer, de liana en liana, sin obtener más respuesta que el sonido de esa lluvia.

Conmovedores resultan los monólogos del orangután, desalentadores pese al esfuerzo de Galdikas los diálogos de ambas mujeres. La estructura de la obra, se va formando escena por escena hasta 17 en la combinación de sentimientos y sensaciones de Muk y de Galdikas que no se cruzan, no se abrazan pero cuyas almas se van derritiendo de pena al mismo tiempo.

Como señala Alberto de Casso en la introducción a la obra los recursos y procedimientos formales, los elementos experimentales “van más allá de un capricho formal […] Son recursos al servicio de una historia que nos habla sobre todo de la soledad y que potencia ese sentimiento de desaliento radical, lejanía y desarraigo en que se hallan inmersos los personajes” (p.10).

Introducirse de la mano de Muk en Borneo y balancearse entre ideas y lianas de palabras es inquietante, no deja indiferente, produce una extraña sensación de desamparo y rabia, de serenidad y desasosiego. Nuestro autor con gran delicadeza y habilidad consigue llevarnos a través de esas sensaciones a una reflexión inevitable, ¿qué estamos haciendo? La naturaleza se humaniza en tanto que el ser humano se convierte en verdugo inerte de su propia madre, la tierra. Pero quedan mujeres como Galdikas que lo intentan hasta el último suspiro. Gota, gota, gota. Finalmente, entre los árboles, la mirada de Muk ilumina la escena para llamar al oscuro. Bellísima y dolorosa reflexión dramática la que nos ofrece Sebastián Moreno en esta  Nana de la desaparición.    

 

 

Diana M. de Paco Serrano

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