¿TE ACUERDAS DEL FIN DEL MUNDO?
Tomás Afán Muñoz es un dramaturgo, actor, director y productor teatral español. Codirige la compañía de teatro «La Paca». Ha escrito obras de teatro infantil, juvenil y para adultos, muchas de ellas estrenadas e interpretadas por su compañía.
Un mirada sobre el texto ¿TE ACUERDAS DEL FIN DEL MUNDO? de Tomas Afán.
Reseña de Raquel Calonge.
Asistimos, de la mano de un puñado de personajes, al fin del mundo tal y como lo conocemos.
Para sorpresa de nadie, esta situación hace aflorar la decadencia de un ritmo de vida, de unas relaciones y de una forma de estar sin estar, de oír sin escuchar, de fotografiar sin querer ver.
Situaciones de una cotidianeidad estresada que dejan a la intemperie algunas de las contradicciones humanas desde la ironía y la comicidad.
Aquí, las creencias son más difíciles de mover que alguna pared.
Pulsiones de acumular como vía de escape, acumular hasta olvidar lo necesario. Acumular como fantasía de seguridad, como última paranoia de control ante lo incontrolable.
Las residencias se cierran, son cárceles queriendo mantenernos al margen de la misma pandemia que los hospitales no pueden contener.
Las consultas expulsan lo que no pueden atender y la tristeza aflora contemplando a unos personajes que, tampoco, son capaces de acompañarse, de cuidarse, de contenerse unos a otros.
Parejas seducidas por lo extraordinario, pero una seducción instagramera, una seducción que, a penas, dura unos segundos.
El desarrollo de los acontecimientos va poniendo al descubierto lo ridículo de aspirar a que lo estremecedor sea pulido como una pantalla, que no manche, que no huela. No es posible reducir lo extraordinario a unos cuantos pixeles retocados en alguna red social. Aspiraciones ridículas tienen resultados irrisorios en estas líneas.
El mundo, tal y como lo conocemos, está agotado y los personajes se fatigan tratando de encontrarse, o de encontrar, al menos, a alguien con tiempo para escuchar sus pecados.
En esta obra hay muchos rayos de esperanza que parecen querer disipar las nubes.
La comicidad relativiza el drama, casi nada llega a ser tan denso.
Quizás la infancia pueda delatarnos, quizás el futuro pueda ser una playa donde encontrar la manera de sanarnos, donde dejar de temernos, donde reconocernos. Quizás, la arena de la playa nos esté hablando, aquí, de otro tiempo, más habitable, donde, después de todo, aún podamos tocarnos no sólo con la palabra. Una playa donde estar en paz con nuestros fantasmas.
Raquel Calonge